miércoles, 3 de enero de 2018

La familia y... uno más (1965)














Director: Fernando Palacios
España, 1965, 96 minutos



El advenimiento, a partir de la década de los sesenta, de los tecnócratas del Opus Dei a los sucesivos gobiernos franquistas se tradujo, cinematográficamente hablando, en la producción de comedias que, como La gran familia (1962), hacían apología de los nuevos valores que al régimen le interesaba promover, entre ellos el del consumismo desarrollista unido al incremento de la natalidad.

Dado el éxito de la fórmula, en 1965 llegaba la secuela (no sería ni la última ni la peor...) bajo el nada original título de La familia y... uno más. A diferencia de la primera entrega, en ésta el personaje de Alberto Closas se cubría de un aura un tanto agridulce al ejercer de sufrido viudo que ve cómo su clan de dieciséis criaturas empieza a desmembrarse: se le casa la hija mayor, el hijo arquitecto se marchará a trabajar a Brasilia, al jugador de baloncesto lo seleccionan para ir a Italia, los gemelos se marchan becados a Gijón...

El Padrino, en cambio, seguirá eternamente haciendo el indio

Pero como don Carlos Alonso es un hombre íntegro que se debe a los suyos aceptará las cosas como vengan, sin rechistar y sin resignación. Por eso hará caso omiso de los cantos de sirena, en forma de atractivas candidatas, una formal y morena (Julia Gutiérrez Caba) y otra exótica y rubia (Rossana Yani), que se le insinúen para ocupar el lugar dejado por su difunta esposa.

Título representativo donde los haya del cine comercial de una época, hoy en día, sin embargo, sería inviable que este tipo de formato viese la luz en forma de largometraje estrenado en salas comerciales, toda vez que se ha convertido (y ahí están los Alcántara para confirmarlo) en un producto exclusivamente televisivo, mucho más rentable si se presenta como serie dividida en capítulos indefinidos que se vayan emitiendo por temporadas.


2 comentarios:

  1. La verdad es que coincido contigo en que hoy en día no sería comercial pero es un fiel reflejo de una época, de una actitud ante la vida, la familia y sus cambios que hoy nos es ajena.

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    1. De que es un documento histórico no me cabe la menor duda, aunque yo sí que creo que sería comercial: la prueba está en que una serie como "Cuéntame cómo pasó" sigue siendo líder de audiencia.

      ¡Gracias por comentar y hasta pronto!

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